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Directory Of Year 2007, Issue 12
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Cambio en el desierto Kubuqi

Year:2007 Issue:12

Column: ECONOMÍA

Author: Por LU RUCAI

Release Date:2007-12-01

Page: 44-47

Full Text:  


El desierto Kubuqi.
Zhang Jingde

El desierto Kubuqi. Zhang Jingde


Familia de Surong Keri.
Zhang Jingde

Familia de Surong Keri. Zhang Jingde

A finales de agosto de 2007, unos 100 científi-cos ambientales y estudiosos de varios países y funcionarios chinos se reunieron en el parque Qixinghu, durante el primer foro internacional convocado en el desierto de Kubuqi. Allí se discutió el problema global del control y la prevención de la deserti-ficación.

Según Yang Ting, voluntaria del evento, Qixinghu era hace varios años parte del inmenso desierto, donde se hacía muy difícil la entrada en automóvil. Sin embargo, el camino asfaltado que llega ahora al sitio paisajístico y el verdor del parque nos hacen olvidar que aún estamos en medio del desierto.

Beneficios económicos de la lucha contra la desertificación

"Si la lucha contra la desertificación no genera un rendimiento económico, no durará mucho tiempo", afirmó Lin Guanghui, biólogo recién regresado de Estados Unidos, que trabaja actualmente en el Instituto de Botánica de la Academia de Ciencias de China. El científico está inmerso en los trabajos de rehabilitación del ambiente ecológico del desierto de Mongolia Interior.

El noroeste de Mongolia Interior era una de las inmensas praderas de China, que ocupaba un área de 1,1 millones de kilómetros cuadrados. Sin embargo, la desertificación erosiona constantemente los pastizales y ahora una tercera parte de la tierra está cubierta de arena. Kubuqi, con una superficie de 18.600 km2, es el séptimo desierto más grande de China y el más cercano a la ciudad de Beijing. Es una de las fuentes de tormentas de arenas que azotan periódicamente a la capital, adonde dicen que el polvo y la arena proveniente de este lugar llegan en dos horas impulsados por los fuertes vientos.

A juicio de Lin, tanto para los pastores como para las empresas, si no se benefician del trabajo contra la desertificación, sus iniciativas fracasarán. El grupo de trabajo que él dirige tiene algunos programas de investigación en Duolun y Kubuqi. El problema de Duolun es cómo defenderse del ataque de la arena. Mientras tanto, Kubuqi atrae mayor atención tanto del grupo de trabajo como por parte de las empresas.

Entre las compañías cabe mencionar al Grupo de Recursos Yili, dedicado anteriormente a la química y el PVC, y que ahora desarrolla negocios relacionados con las labores contra la desertificación y el turismo ecológico. Según Lin, en el proceso contra la desertificación se necesita plantar una gran cantidad de hierbas medicinales, por lo que el Grupo Yili compró algunas fábricas farmacéuticas para aumentar el diapasón de su actividad comercial.

En 2006, Yili percibió beneficios directos de la medicina verde por un valor de 500 millones de yuanes e indirectas por un millón 500 mil.

Además de Yili, hay unas 30 empresas dedicadas a los sectores de la fabricación de papel, la agricultura específica y el turismo ecológico.

Las empresas, al lograr beneficios, llevan el verdor al desierto. En una década, Yili ha revestido 6 mil 666,7 hectáreas de tierra desértica con árboles, 73 mil hectáreas de pastos, 67 mil hectáreas de sauces y 150 hectáreas de regaliz. Con este trabajo, se recuperaron más de 200 mil hectáreas de desierto y se controló el proceso de desertificación en 660 mil hectáreas de lagos.

Cooperación pastor-empresa

Surong Keri, de 55 años de edad, vive actualmente junto a otras 30 familias en una aldea recién construida, ubicada a varios kilómetros del parque Qixinghu. La misma cuenta con un comité de aldeanos, una clínica y una biblioteca.


A ambos lados de la carretera, se controla el desierto con varas de sauces.
Zhang Jingde

A ambos lados de la carretera, se controla el desierto con varas de sauces. Zhang Jingde


Surong Keri recuerda que la pradera era hermosa y añade que a partir de la década del 80, empezó a ser devorada por la arena a causa de la sequía y el excesivo apacentamiento


La casa de Surong Keri, al igual que la de sus vecinos, es nueva y está pintada de color rosado. Cada familia ocupa un área de 106 m2 y reciben gas y agua a través de conductos. En el pasado, los pastores eran incapaces de imaginarse la vida de esta manera. "No pagué nada para la construcción de mi casa, sólo compré los muebles", aseguró Surong Keri sonriendo.

La edificación de la aldea corrió a cargo del Grupo Yili. Como el objetivo era involucrar a los pastores en las obras antidesertificación, la empresa compró el derecho de uso de la tierra durante 20 años a un precio de 210.000 yuanes por familia. Posteriormente, Yili ofreció a los habitantes nuevos hogares, así como un empleo en la siembra de hierbas medicinales y árboles. En la temporada de lluvia, los aldeanos salen a plantar árboles, percibiendo un salario diario de 50 yuanes. Unos 10 mil lugareños trabajan en el mejoramiento del entorno ecológico. El grupo desembolsa anualmente más de seis mil yuanes por concepto de salario.

Surong Keri y sus vecinos de la aldea Daotu trabajan actualmente en la siembra de girasoles y maíz, además de criar ovejas.

El pastor era uno de los pocos que querían trasladarse al desierto. Antes cada trabajador ganaba entre tres mil y cuatro mil yuanes anualmente, y ahora, además de recibir un subsidio de cuatro mil 200 yuanes, sus ingresos anuales aumentan a los 10 mil yuanes con la cría de ovejas y cultivo de hierbas. En los últimos dos años, los aldeanos empezaron a ofrecer servicios turísticos a los visitantes. Tan solo el alquiler de un camello para cruzar el desierto cuesta unos 600 yuanes.

Surong Keri recuerda que la pradera era hermosa y añade que a partir de la década del 80, empezó a ser devorada por la arena a causa de la sequía y el excesivo apacentamiento. A finales de los años 90, las ovejas no tenían nada que comer y se vio obligado a comprar pienso en otra provincia. Lamentablemente, las ganancias no cubrían el costo de la alimentación del ganado.

El Grupo Yili ha firmado contrato con más de tres mil 500 familias locales. Con el objetivo de impulsar la iniciativa de la corporación, las autoridades de la ciudad de Ordos estipularon que las hierbas y árboles plantados pertenecían a la persona que los sembraban y podían ser heredados. Así la cifra de familias cumplidoras del plan de revestimiento de 500 mu (15 mu equivalen a una hectárea) llegó a dos mil 500. Unos 70 núcleos familiares son propietarios de más de 5.000 mu.

Ciencia y cooperación

Lin Guanghui, quien trabajó durante 20 años en Estados Unidos y acaba de regresar a China este año, también está enfrascado en la utilización y protección de los recursos biológicos del Grupo Yili.

"Estados Unidos ha mantenido un buen medio ambiente gracias a las medidas adoptadas por su gobierno, siempre en concordancia con las sugerencias de los científicos". "Por eso, decidí regresar al país, porque ahora nuestro gobierno presta más atención al entorno natural", explicó Lin.

En estos momentos, en China la tierra desertificada sobrepasa los 1,7 millones de km2 o el 20 por ciento del territorio nacional, situación que afecta la vida de 400 millones de personas y provoca pérdidas económicas por 50 mil millones de yuanes.

Según Wang Xinjian, subdirector del Centro de Prevención de Deserti-ficación de la Administración Estatal de Silvicultura, el crecimiento de la superficie de tierra desertificada promediaba 3.400 km2 en los años 90, cifra que en la actualidad disminuye en una tasa de mil 200 km2 al año. No obstante, la desertificación dejó serios estragos en algunas regiones.

China ha firmado contratos de cooperación en la silvicultura con una tercera parte de los países del mundo. En las zonas de Beijing y Tianjin, afectadas por las tormentas de arena, organizaciones internacionales, empresas y gobiernos extranjeros han iniciado más de 100 proyectos para controlar el embate de la arena. Tan solo Italia ha invertido un millón 530 mil dólares en la ciudad de Chifeng para este fin.

El foro anual de Kubuqi le ofrecerá al gobierno chino la oportunidad de nutrirse de las experiencias acumuladas por otras naciones en la lucha contra la desertificación.

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