Los estudiantes enfrentaban la presión propia de las notas de los exámenes. La reforma de la enseñanza, que prestará atención a la educación cualitativa, permite a los escolares relajarse en relación con el espíritu de atadura a las notas.

DESPUÉS de terminar los exámenes de admisión para las universidades, Nannan, estudiante de la Escuela Secundaria N.° 4 de Beijing, consiguió una calificación de 565 puntos, 100 menos que el nivel promedio de la escuela. La nota máxima del centro es de 698, a sólo 52 unidades para llegar al completo. Esa institución educativa tiene ya casi cien años de historia y no sólo cuenta con las mejores condiciones e instalaciones en China y dispone de una profunda connotación cultural y educativa, sino que también es un lugar conocido para la formación de cuadros políticos y militares y vanguardias de distintos sectores sociales. Aquí se han graduado además muchos científicos, literatos y artistas.

Al conocer su resultado, Nannan no quería hablar con nadie e hizo el compromiso ante sus padres de que iba a seguir estudiando, hasta que fuera admitido por la Universidad Tsinghua.

El Instituto de Enseñanza Superior de la Universidad Jiaotong (de Comunicación) de Shanghai publicó hace poco la "Lista académica de las universidades del mundo en 2007", que toma como normas la calidad de la enseñanza, calificación de los profesores, frutos de los estudios y magnitud de las instituciones. En esa alineación la Universidad Tsinghua ocupa el primer lugar entre sus similares de la parte continental china y el número 167 en el mundo. No obstante, los padres de Nannan se preocupan por el estado espiritual de su hijo.

Stand del nuevo examen de TOEFL, en la Feria Internacional de la Enseñanza de China.

Era "un alumno bueno"

La mamá de Nannan, quien es graduada de la enseñanza media superior, abandonó el trabajo tras tener a su hijo, para quedarse en casa cuidando de éste y de sus suegros. Cuando el pequeño tenía tres años, todavía ella le daba de comer y en ta actualidad le exige que haga cada cosa perfecta, sobre todo en los estudios.

Sin hacer sentir pena a su mamá, durante los seis años en la escuela primaria, Nannan tenía buenas notas y era nombrado como "un alumno de tres aspectos" (en lo moral, intelectual y físico), condición que mantuvo hasta antes de entrar en la escuela secundaria. "Desde niño hasta hoy en día, la frase que mi mamá suele decirme es 'vete a estudiar'. Incluso me la repite varias veces cada día", confesó el muchacho a esta periodista.

Para que su hijo tuviera buenas notas, sus padres lo matricularon en la Filial N.° 13 de la escuela secundaria. En la etapa de la enseñanza media inferior, Nannan ocupó durante tres años el cargo de jefe de su grupo. A los ojos de los profesores, compañeros, vecinos y amigos, era considerado sobresaliente y se le auguraba un futuro brillante.

Sin embargo, a medida que se fue acercando a su juventud, el muchacho comenzó a mostrar un carácter rebelde y su mamá se convirtió en el objetivo de su rebelión. Cuando ella deja lo que está haciendo y viene a verle, sin darle tiempo a decir nada, Nannan le espeta: "¡No me hagas caso!"

Hace poco tiempo los abuelos del joven murieron y la madre comenzó a trabajar en una compañía de inversión foránea. Pese a que ella se siente muy cansada, el concepto de que los padres esperan que sus hijos lleguen a ser como dragones la hace que siempre exija mucho a Nannan. Se fija mucho en sus notas y si estas no son buenas, lo regaña. Como consecuencia, el muchacho no tiene ganas de hablar con su mamá, y prefiere platicar con su papá, quien trabaja en la Academia de Ciencias Sociales de China, no le exige altas notas y le orienta para que estudie.

A partir del tercer ciclo de la enseñanza media inferior, los padres no sólo han participado en todas las reuniones de padres en la escuela, su mamá graba siempre lo que dice la profesora, para que Nannan lo escuche después. Gracias a la ayuda de su papá en el estudio y espíritu, conforme a las exigencias de los maestros, el muchacho estudiaba con afán. Durante el año del tercer ciclo, perdió cinco kilos de peso y solía despertarse con pesadillas. Cada noche estudiaba hasta las once y no asistía a ninguna fiesta. Por fin, en el examen para entrar en el ciclo preparatorio de la universidad, logró excelentes notas y figuró en el sexto lugar en todo el grado. Fue uno de los 50 alumnos de su escuela admitidos por la Secundaria N.° 4.

Le cansa el estudio por la pesada presión

Al ingresar a la enseñanza media superior, Nannan se sentía cansado e iba perdiendo el interés por los estudios. Empezaba a dedicar más tiempo a divertirse con los juegos de computación y devino experto en ese mundo. Después de asistir a una conferencia respecto de la cultura de EE.UU., comenzó a interesarse por los bailes callejeros y matriculó en un curso de danza de este tipo. Al mismo tiempo, pintó su pelo de color amarillo ligero y empezó a vestir pantalones modernos, de estilo coreano. Solía invitar a los compañeros de su escuela anterior a comer. Sus gastos mensuales llegaron a los 2.100 yuanes. En el segundo año de la secundaria todavía no volvía a ser el estudiante de antes y empezaba a enamorarse de una chica. Sus notas bajaron.

En estos dos años, sus padres sostuvieron distintas opiniones respecto a su estado. Al hablar de Nannan, su mamá se muestra siempre excitada y "desea que el hierro se haga acero enseguida". Al contrario, su papá nunca obliga a su hijo. A fin de mantener la paz, ambos contenían su humor y con el paso del tiempo se fue afectando el sentimiento matrimonial. Además de las peleas entre los tres, a veces, la casa se queda muy tranquila y silenciosa. "No sabemos cómo educar a nuestro hijo. Hemos defraudado la esperanza de los profesores", señaló el padre.

Al iniciar el tercer ciclo, Nannan se percató de que pronto se enfrentaría al examen para ser admitido por las universidades y tenía que esforzarse y estudiar. No obstante, pese a ser un chico listo, se quedó atrás por largo tiempo y finalmente no obtuvo buenas notas. "Aunque su resultado no es satisfactorio, es un joven con amplias aficiones y tiene una fuerte capacidad", consideró una profesora. Pero las notas impidieron que entrara en la universidad piloto.

El futuro es un buen deseo

Volver a estudiar no sólo representa pagar 30.000 yuanes, también requiere de una voluntad firme. Después de pensar mucho tiempo, un pariente residente en Canadá hizo una sugerencia: "Dejen al hijo a salir del país y estudiar en una universidad extranjera. Yo me encargaré de buscarle una universidad una vez que él sobrepasa el examen de TOEFL". Nannan estuvo de acuerdo con la propuesta y comenzó a prepararse para la prueba.

Debido a la pesada presión proveniente del examen para entrar en la universidad, algunas familias con buena posición económica optan por enviar a sus hijos fuera del país. Los padres de Nannan sonríen después de tomar esa decisión. "Salir de China es un mejor camino para mi hijo. Si él no puede ser admitido por una universidad conocida, será muy difícil encontrar un puesto después de graduarse. Entonces, si tiene un trabajo, seguramente no ganará bien y se quedará en estado de apuro económico. Ir a otro país es una gran inversión, pero con una buena esperanza, expresó el papá, a lo mejor el experimento de estudiar en el extranjero ayuda a formarle un carácter firme y a convertirlo en una persona calificada". Para la gente que vive de esperanzas es fácil sentirse satisfecho. La pareja ha comenzado a guardar dinero para la salida de su hijo.

Los juegos en computadoras devienen forma de liberarse de la presión.

Desarrollo de la educación de profesiones y aumento de la habilidad del empleo

Después de popularizarse la enseñanza obligatoria de nueve años, una parte pequeña de los alumnos entra en cursos de enseñanza media superior, para ingresar luego a las universidades. La mayoría va a recibir educación profesional de nivel medio para comenzar a trabajar. Cuando termina el examen de admisión de las universidades, el 50 por ciento de los estudiantes va a los institutos de profesiones de alta categoría, mientras que la otra mitad se incorpora a las universidades. Por lo tanto, la mayoría de los jóvenes empieza a trabajar tras recibir enseñanza vocacional de nivel medio y superior.