Article| Image
English
中文
|
English
|
Español
|
Français
|
Deutsch
Directory Of Year 1960, Issue 1
The current issue
Current Location:Español » 19601 » EL ARBOL DE GINGKO, UN FOSIL VIVIENTE
Bookmark and ShareCopy Reference Bookmark and Share Add To Favorite

EL ARBOL DE GINGKO, UN FOSIL VIVIENTE

Year:1960 Issue:1

Column: ARTICULOS

Author: Por YANG CHIE-AI

Release Date:1960-01-01

Page: 29

Full Text:  

¡Nueces de gingko calientes, fragantes y deliciosas!
¡Nueces de gingko calientes, grandes como huevos de gansos!
¡Cinco por sólo un centavo!

RECUERDO bien que cuando era niño el grito del vendedor ambulante me hacía correr por las pobladas aceras de Cantón, en el sur de China. Especialmente en las frías tardes de otoño la melodiosa voz evocaba al momento una tentadora visión de nueces gordas y brillantes dando botes en una paila de hierro. Los niños solíamos agruparnos, con los ojos muy abiertos, alrededor del puesto, observando cómo el vendedor dejaba caer las nueces mojadas en la paila caliente y las revolvía. Mientras esperábamos con paciencia, ricas ráfagas de sabroso vapor nos hacían agua la boca.

¿De dónde provienen las nueces de gingko? En chino se les dice comúnmente «fruta blanca», pero en realidad son la pulpa de los carnosos frutos de forma de ciruela del árbol del gingko. La fruta misma es amarilla, venenosa, de pésimo olor, y su jugo ácido irrita la piel. En el interior hay un cuesco suave y frágil que tiene dentro una pulpa que consta de dos nueces amarillas, con una fina envoltura rojiza. Esto es lo que se come.

El árbol del gingko (Gingko biloba) es el único sobreviviente de un numeroso grupo de plantas ancestrales. Ha existido esencialmente inalterable durante millones de años, remontándose directamente a la era paleozoica. Se han encontrado especies fósiles en las formaciones rocosas triásicas, jurásicas y terciarias de varias partes del mundo. Por esta razón se le ha llamado «fósil viviente». Se cree que se originó en China, aunque no se sabe que haya aparecido en un estado verdaderamente silvestre. Se difundió primero al Japón, más tarde a Europa y a la costa del Pacífico de América del Norte.

En China se consideraba antes como planta sagrada, por lo cual se le cultivaba principalmente cerca de los templos. Aún hoy podemos encontrar árboles de gingko, a veces centenarios, frente a algunas pagodas o capillas. Por ejemplo, se sabe que uno que se encuentra cerca del artístico Templo Juang Lung, en Lushang, provincia de Chiangsi, tiene mil años. Se eleva a treinta y tres metros y su tronco es tan ancho que se necesitan cuatro personas con los brazos abiertos para rodearlo.

El árbol crece tan lentamente que, según el viejo dicho, «si un joven lo planta, no comerá sus nueces antes de que nazca su nieto». Por esta causa y debido a que es muy difícil de criar, no es adecuado para formar bosques y se cultiva sólo por razones ornamentales. Su ramaje horizontal no es amplio, pero crece lo suficiente como para alcanzar a veces unos cuarenta metros. En su forma, venaje y apariencia las amplias hojas como abanico se asemejan al helecho culantrillo, por lo cual se le conoce como «árbol de culantrillo». En otoño, cuando adquieren un refulgente tono amarillo dorado, las hojas son particularmente hermosas.

Existe la leyenda de que el árbol florece en secreto durante algunas horas en la víspera del Año Nuevo del calendario lunar. En realidad, las flores aparecen en abril, pero no tienen pétalos y son tan delga-ditas que apenas pueden percibirse.

El gingko da una madera excelente, muy elástica y nada fácil de romper o retorcer, que se emplea para construcciones y muebles. Se talla bien y es frecuente su utilización en artículos laqueados. Hasta los objetos pequeños, tales como los sellos o las cuentas del ábaco, son mejores si son de madera de gingko. La gente suele poner las hojas entre las páginas de los libros para mantener alejados a los gusanos de libro.


Chang Shui-cheng
Un árbol de gingko, de varios siglos de edad, en los terrenos de Wu Ta Si (Templo de las Cinco Pagodas), cerca de Pekín

Chang Shui-cheng Un árbol de gingko, de varios siglos de edad, en los terrenos de Wu Ta Si (Templo de las Cinco Pagodas), cerca de Pekín

Las nueces tienen un sabor delicioso, especialmente cuando están recién tostadas. En el sur de China las cocinan junto con una delgada capa de frejol cuajado en papilla de arroz, la que adquiere un gusto a crema. A pesar de ser nutritivas contienen una sustancia narcótica, razón por la cual no es aconsejable comer demasiadas de una vez. Los doctores chinos de medicina tradicional las emplean en medicamentos para la tos y en otras preparaciones. Actualmente se está ensayando su empleo en el tratamiento de la tuberculosis pulmonar. Las mujeres baten las nueces en vino o aceite para fabricar una crema cosmética depuradora. En la provincia de Chiangsu, los campesinos preparan un insecticida muy eficaz con la corteza exterior de la fruta.

Por su belleza y sus múltiples usos, este viejo árbol es muy preciado por el pueblo chino. Según la tradición, las nueces del gingko son un símbolo de la buena suerte. Es costumbre comerlas durante las fiestas matrimoniales.


[注释]
YANG CHIE-AI es redactor de China Reconstruye.

GO TO TOP
5 chegongzhuang Xilu, P.O.Box 399-T, Beijing, China, 100048
Tel: +86 10 68413030
Fax: +86 10 68412023
Email: cmjservice@mail.cibtc.com.cn
0.018