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Directory Of Year 1960, Issue 1
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UNA COMUNA POPULAR VIVE UN AÑO DE TRIUNFO

Year:1960 Issue:1

Column: ARTICULOS

Author: Por WANG YU-TANG

Release Date:1960-01-01

Page: 23-25

Full Text:  


El Presidente Mao Tse-tung visita las plantaciones de algodón de Chiliying, lugar en el que se fundó una de las primeras comunas populares de China
Jou Po

El Presidente Mao Tse-tung visita las plantaciones de algodón de Chiliying, lugar en el que se fundó una de las primeras comunas populares de China Jou Po

LA peor sequía de que se tiene memoria, con 110 días sin lluvia, y la peor plaga de gorgojos del algodón, fueron los «dones» de la naturaleza a la comuna popular Chiliying, de los alrededores de Sinsiang, provincia de Jonán, en su primer año de vida. La comuna pasó la terrible prueba emergiendo de ella con una cosecha record. En la época de recoger, en octubre último, en ninguna parte de las 6.000 hectáreas de algodón, los tres quintos de su tierra cultivable, podían encontrarse hojas marchilas en los copos caídos. Y si las calamidades naturales fueron sin precedentes, así lo fue también el rendimiento, promediando los 160 jines por mu (1.200 kilos por hectárea) de algodón desmotado.

Este rendimiento fue 52 por ciento superior al de 1958, tres veces el de 1957, el último año anterior a las comunas, y ocho veces el del promedio anterior a la liberación.

El Algodón y la Comuna

Chiliying es una de las primeras comunas populares que se establecieron. Se formó en julio de 1958. Su nombre se hizo famoso en toda China cuando el Presidente Mao Tse-tung, tres días después de visitarla, en agosto de 1958, hizo la observación: «Las comunas populares son buenas». Esto fue como una luz verde en la marea a escala nacional que siguió para organizarías a través de toda la nación.

De la fusión de 56 cooperativas de producción agrícola que totalizaban 13.171 familias campesinas y 10.166 hectáreas de tierras laborables, nació esta comuna popular, como producto de la determinación de los campesinos locales de producir más algodón y otras siembras en el gran salto adelante de 1958, así como de su descubrimiento de que las viejas cooperativas constituían un marco muy estrecho para lo que anhelaban hacer. La primera necesidad era un manejo más intensivo del campo, lo que significaba desplegar más y mejor trabajo. En el bajo rendimiento del pasado, siete obreros eran suficientes para un mu de algodón. No se podían obtener rendimientos por la arada profunda o el rastrillaje más frecuente, el bombeo y rociado de insecticidas, todo lo cual demandaba una mano de obra cuatro veces mayor.

Aún más gente se necesitaba para construir obras de irrigación necesarias para garantizar las siembras. Estas tenían que hacerse a gran escala y en forma bien coordinada. Antes había demasiado pocas y no se podían usar adecuadamente. En el verano de 1958, cuando se inundó una tercera parte de la superficie de Chiliying, las cooperativas situadas en terreno más elevado se vieron apuradas para desaguar sus campos de algodón. Pero aquellas de terrenos más bajos tuvieron que detener la inundación, impedir que descendiera, porque ésta amenazaba anegar no sólo sus tierras sino también sus casas. Naturalmente hubo fricciones. Se requería visiblemente una unidad más grande en el manejo del agua.

Obstáculos para las Máquinas

Las cooperativas Chiliying, en general, carecían tanto de recursos como de máquinas y de extensión para su uso racional. En realidad, una estación de tractores del Estado había sido establecida cerca de la zona ya en 1954, pero no se podía aprovechar plenamente porque la tierra de las diferentes cooperativas estaba dividida en pedazos, a menudo sembrados de diferentes cultivos. Sólo una cooperativa en Chiliying, la más rica, había llevado tres tractores en la primavera de 1958. Pero tuvo muchas dificultades imprevistas con ellos. Muy a menudo había desperfectos o alguna pequeña pieza se malograba y era preciso arrastrarlos varios kilómetros hasta el depósito del Estado, en caso de que el desperfecto no pudiera ser arreglado en el terreno mismo.

No sólo la mecanización, sino también otras necesidades agrícolas exigían industria local. Esa misma cooperativa fue atacada por pestes de insectos, a las que sólo podía hacérseles frente si todas las medidas del caso se tomaban en tres días. Pero resultó que no había nadie que hiciera los sencillos pulverizadores de diseño local que se necesitaban. Algunas de las cooperativas en Chiliying que se esforzaron por establecer fábricas y talleres tropezaron con el problema del personal. Un carpintero, por ejemplo, se podía encontrar, pero el único buen herrero estaba muy a menudo en otra cooperativa. Y si se buscaba destrezas más allá de éstas, tan elementales, a menudo no estaban disponibles en absoluto. Se necesitaban escuelas para preparar técnicos locales, pero las cooperativas, consagradas especialmente a la agricultura, carecían de facilidades para establecerlas.

Debido a que la unión de recursos era la única solución para una cantidad tan grande de problemas, se creó por los campesinos, en 1958, la comuna popular de Chiliying, más grande y más variada en sus actividades. Inmediatamente la nueva forma de organización comenzó a mostrar buenos resultados.

La Comuna Rompe los Grillos

La primera de la serie de esfuerzos que condujeron a la cosecha cumbre de algodón de 1959 se concentró en las obras hidráulicas. Al contar con la mano de obra de 56 antiguas cooperativas, fue posible reunir a 9.000 hombres y mujeres para este propósito. En una campaña ampliamente planificada de dos meses, durante el invierno de 1958-1959, fueron construidos doce canales principales de 15 metros de ancho, con un total de 45 kilómetros. Trescientas acequias que servían a la mayor parte de los campos de algodón fueron excavadas para el drenaje, en la breve pero frecuentemente violenta temporada de lluvias. Además, se construyeron también dos grandes embalses. Las cooperativas nunca podrían haber intentado algo tan audaz.

En vísperas de la organización de la comuna, una cuarta parte de los campos de Chiliying habían sido labrados con máquinas; en 1959, tres cuartos. El trabajo se hacía con nuevo equipo traído por la comuna: 17 tractores, 39 sembradoras y recolectadoras de algodón, máquinas para seleccionar semillas, cultivadoras y desterronadoras. Se pagaron con fondos no sólo de contribuciones de las cooperativas fusionadas, sino también de entradas provenientes de las actividades diversificadas de la comuna, particularmente sus empresas industriales. Chiliying tiene ahora 83 unidades, incluidas tiendas de máquinas y fábricas para la elaboración de alimentos y fertilizantes químicos. En el año siguiente a aquél en que comenzaron a trabajar, obtuvieron por resultado 4.3 millones del valor de sus productos, 18 veces tanto como las empresas industriales de las cooperativas el año antes de la fusión.

El territorio de 3.330 hectáreas, que había sido graduado al nivel de «suave como un espejo», ofrecía las mejores condiciones para una irrigación eficiente y una labranza mecanizada. Los meticulosos métodos de «jardinería» podían realizarse en él, ampliamente, mediante las máquinas. El arado tenía una profundidad de 30 centímetros en lugar de 15 a 18 como cuando se efectúa con equipo tirado por animales. Con la ayuda de la maquinaria, las 6.000 hectáreas de tierra de Chiliying, para cultivar algodón, se sembraron en cinco días, una velocidad que antes no se concebía; y el 90 por ciento de las semillas produjeron brotes robustos. El cultivo subsiguiente se realizó diez veces en lugar de cinco.

Combatiendo la Sequía

A principios de julio, la temperatura en Chiliying se elevó a 40 grados C, después de haber pasado por un junio sin lluvias. La sequía amenazó con hacer desprenderse muchos copos. Las transmisiones radiales, que los campesinos escuchaban asiduamente tres veces al día, eran por regla general descorazonadoras: «No habrá lluvia en julio». Y ya había advertencias preliminares de que poco podía esperarse de agosto y septiembre.

La noche del 16 de julio, Yang Chi-tien, el secretario del Partido en la comuna, sostuvo una conferencia telefónica para reunir a todas sus brigadas y empresas en la lucha contra la sequía. «Ahora tenemos una organización con gran mano de obra y poderosos recursos», dijo desafiante. «Antes dependíamos de la piedad del cielo; ahora lo obligaremos a doblegarse.»

La fuerza anti-sequía, originalmente de 8.000 hombres, creció rápidamente hasta alcanzar a 20.000, es decir la mayor parte de la mano de obra de la comuna. Con el fin de proporcionar equipo para la lucha se retiraron 300.000 yuanes de los fondos de la comuna, con los que se compraron 26 bombas, tres motores a gas de carbón y 382 ruedas hidráulicas.

La lucha se concentró en dos frentes principales. Uno: la tierra alta de Chiliying. El agua se escurría tan rápidamente que en cinco días sin lluvia el lugar quedaba seco, y diez días significaban ya una amenaza seria. A este peligro se le hizo frente asegurando el riego continuo mediante bomba y rueda hidráulica en un canal cavado al pie de las colinas.

En el segundo frente, en suelo parejo, el grueso del trabajo consistió en cavar 112 canales extras para las plantaciones de algodón. Entre otras cosas, la comuna proporcionó agua a 27 hectáreas que hasta entonces habían estado a merced de la naturaleza debido a las disputas entre las cooperativas vecinas sobre el recorrido que debía darse al canal.

La gran sequía duró 110 días. Pero las 6.000 hectáreas de algodón se mantuvieron húmedas.

El Aporte de la Ciencia a la Siembra

Como resultado de la sequía, los gorgojos del algodón se multiplicaron diez veces más que en los años anteriores, amenazando con destruir toda la siembra.

Después de la organización de la comuna se construyó una cancha de aterrizaje. Ahora, un avión AN 2, fabricado en China, equipado con rociadoras y espolvoreadoras, fue enviado por el Gobierno y logró destruir la mayoría de los insectos. Esto también fue facilitado por las grandes y continuas superficies de algodón.

Hubo otros factores en la lucha contra las pestes de todos los grados. Uno fue la campaña de masas desatada la pasada primavera, cuando toda la gente de Chiliying, viejos y jóvenes, colocaron ollas y vasijas en las plantaciones para atrapar y matar polillas. Se estima que se destruyeron cuatro millones. Otro fue la red de estaciones técnicas de información y combate, de la comuna, que contó con 800 miembros distribuidos entre todas las brigadas y equipos de trabajo.

También la ciencia llegó a Chiliying, con los terrenos experimentales en los cuales cooperan cuadros y especialistas (incluyendo a viejos y expertos campesinos). Uno de estos terrenos, situado en el medio de la plantación de algodón de 3.000 hectáreas, produjo en 1958 un nuevo método para abrir surcos que consistía en variar las distancias entre las filas, alternando estrechos espacios de 50 centímetros con otros de un metro. Esto ayudó a que las plantas lograran más sol y más aire, lo cual impide que se caigan los copos, Había cuatro técnicos por cada cinco hectáreas de plantaciones de algodón, muchos de ellos preparados en las escuelas nocturnas a cargo de la comuna.

Algunos de los terrenos experimentales de Chiliying obtuvieron rendimientos tan altos como el de 380 jines por mu (2.850 kilos por hectárea) de algodón desmotado, es decir más de dos veces el promedio general de la comuna, que superaba ya en 60 jines el índice para las mejores tierras fijado por el Programa Nacional de Doce Años de Desarrollo Agrícola, que estará concluido en 1967.

Este año, con los resultados de la amplia aplicación de los experimentos, se espera que el rendimiento medio sea aún mejor. A medida que la producción aumenta, mejora el nivel de vida. La magnífica cosecha de 1959 elevó en Chiliying el ingreso per capita a 115 yuanes anuales, casi el doble que en 1957, antes de que se estableciera la comuna. También se beneficiaron las empresas de bienestar público. Por ejemplo los ancianos sin familiares que los mantengan, que viven en el hogar digno para ancianos, de la comuna, obtuvieron nuevos abrigos guateados y nuevas frazadas.

Todo esto se logró sin tocar las sumas destinadas a la reinversión en producción para desarrollar a una velocidad aún mayor la economía de la comuna en 1960.


En 1959, la cosecha de algodón de la comuna popular de Chiliying, fue la más grande que se ha obtenido, a pesar del mal tiempo y de las pestes
Tang Mao-lin

En 1959, la cosecha de algodón de la comuna popular de Chiliying, fue la más grande que se ha obtenido, a pesar del mal tiempo y de las pestes Tang Mao-lin


[注释]
WANG YU-TANG es reportero del Diario de Jonán.

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